Archivos Mensuales: junio 2014

LA SIEMBRA DE CHÁVEZ

LOS NIÑOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA!!

NI RED BULL SE SALVÓ!!

Red Bull cayó en las garras del bloqueo contra Cuba

27 junio 2014 | 22 |

30

 

Red-BullEl Departamento del Tesoro de Estados Unidos dijo el viernes que la empresa de bebidas energéticas Red Bull North America llegó a un acuerdo para evitar una posible querella civil por supuestas violaciones a las sanciones del país contra Cuba.

La empresa accedió a pagar 89.775 dólares por filmar un documental sin la autorización del Tesoro, comentó la entidad gubernamental en un comunicado.

Cuba apoya a Argentina contra acciones de fondos buitre

Cuba apoya a Argentina contra acciones de fondos buitre.

ENTREVISTA ORIGINAL A SILVIO RODRIGUEZ

Silvio Rodríguez: Uno no es ni famoso, ni exitoso, ni ningún oso

18 junio 2014 | 45 |

203

 

10 mayarí

Por Leandro Estupiñán Zaldívar

“¿Tú no eres Juan Triana?”, pregunta Silvio Rodríguez con unos papeles en las manos cuando tomamos asiento. Su interrogante me deja pensando, porque Juan Triana es el nombre de quien fuera mi profesor de Problemas de la Economía Cubana, un eminente y popular economista desde que sus conferencias dieran la vuelta a Cuba como aquellas carreras de bicicletas, aunque gracias a la solidaridad de los cubanos que nos hace ir pasando de memoria flash en memoria flash una información cuando parece relevante.

Me quedo pensando porque las entrevistas son como las sesiones en el espiritismo. Uno invoca algo, que evidentemente debe ser el lado más sincero del entrevistado, y según estado anímico y circunstancia así serán las respuestas.

Lo había esperado con un libro de Ricardo Piglia en las manos, tumbado en un asiento en el fondo del lobby del hotel Pernik donde se hospedaba junto a su esposa, la clarinetista y flautista Niurka González. Silvio Rodríguez viajó hasta el oriente del país para cantar en tres pueblos distantes de la cabecera provincial, siguiendo así el propósito de ofrecerle su música al público más desfavorecido, ese que habita zonas marginales, lo cual no implica solo la conceptualización sociológica del término. En el hotel también descansan los músicos de Trovarroco, tres excelentes guitarristas villaclareños que junto al percusionista Oliver Valdés confieren en los últimos tiempos otra sonoridad a su obra.

Al verlo, me pongo de pie y lo saludo. Responde amable estirando el brazo y lo primero que se impacta contra mi visión es el famoso tatuaje de la rosa y la calavera que se hiciera entre el pulgar y el índice de la mano derecha en los que fueran días trascendentales a bordo del Playa Girón. El trovador, nacido el 29 de noviembre de 1946, en San Antonio de los Baños, viste jeans y pulóver azul turquí con bandera cubana sobre el lado izquierdo del pecho. Suele llevar ese tipo de prenda, quizá para dejar claras muchas ideas que con solo ver una bandera cubana vienen a la mente. Ando sin fotógrafo, pues no quiero interrupciones en el diálogo.

Le advierto que carezco de cuestionario. Aborrezco las entrevistas preconcebidas. Me parecen interrogatorios policiales. Mi estilo es el de la gente común, prefiero conversar pese a los inconvenientes de la memoria.

-Mejor, asiente él.

También debo ser sincero y le ofrezco otro dato.

-Ni siquiera debía entrevistarlo, le digo algo inquieto, pues al fin y al cabo es una confesión: De la gente a la cual uno ha admirado su obra más vale permanecer lejos, pues ocurre un poco como el poema: No debe volverse a los lugares adonde se ha sido feliz.

Las canciones de Silvio Rodríguez me ha hecho feliz muchas veces. Estoy habituado a ellas desde la temprana adolescencia, cuando con entusiasmo empecé a escucharlo a él, y a Pablo Milanés, y me hice seguidor de la Nueva Trova y por ende de la trova tradicional y de todo cuanto se les relacionara. Más de un tema suyo me ha propiciado fuerzas para enfrentar un día problemático, aunque después ciertos comportamientos del hombre me llevaran a revalorizar al artista.

-Lo que pasa es que siempre hay curiosidad, indica luego de mi lamento.

Lo ha dicho con calma, en ese tono en que le he escuchado tantas veces, bien al llegar al escenario y luego de ubicarse en la banqueta donde cantará, bien ante colegas de todas partes que hacen lo mismo que yo intento ahora: Conocer un poco más su mundo interior, empresa compleja si se tiene en cuenta que a lo largo de su carrera debe haber escuchado todas las preguntas posibles, debe haberse encontrado a entrevistadores inimaginables.Coloca sobre una mesa la pequeña grabadora con micrófono que me quedo mirando.

-¿Graba sus conversaciones?

-Las suelo grabar de hace un tiempo para acá.

-¿Le han tergiversado muchas veces?

-Me gusta tener un registro. A veces me han tergiversado, bastante. No me parece que vaya a ser el caso. Me ha pasado más bien fuera de Cuba, en algunos lugares. También aquí me ha pasado. Me ha pasado incluso que han querido hacer un libro gente que tiene pensado irse del país. Han querido hacer un libro y me han hecho una cantidad de preguntas, nos hemos visto varias veces y de pronto han desaparecido y han aparecido en otro lado queriendo publicar el libro.

-Es como tener un pasaporte cultural o algo semejante, corroboro, pensando en ese tipo de personas que gusta abrirse camino escudándose en la vida de los demás.

-Parece, asiente él, y pone atención en mis palabras. Quizá trate de adivinar qué quiero preguntarle, de qué quiero hablar, para qué lo he sacado de su refugio.

Prosigue: Son cosas extrañísimas. En fin, esas cosas pasan. Y por supuesto, sé absolutamente que no es el caso. Pero, en fin. Me gusta tener un registro, porque también estoy viajando. Estoy en otro lugar y es una forma de recordar las cosas que me pasaron. A veces olvido. Son muchas cosas ya, muchos años…

Casi setenta, lo pincho.

-Casi setenta, repite, y cavila: Bueno, realmente no llego. Tengo sesenta y siete. En noviembre cumplo sesenta y ocho. Pero mañana, por ejemplo que es el concierto número cincuenta y ocho de la gira, cumplo también cuarenta y siete años de vida profesional. Debuté un 13 de junio.

-¿Fue en la televisión?

-En un programa que se llamaba Música y Estrellas, que dirigía Manolo Riffat.

-¿Se siente viejo?

-Chico, tú sabes que no me siento viejo. En primer lugar, nunca me han gustado los espejos. Dicen que la muerte presume. Es lo único que te hace recordar que el tiempo pasa, en realidad.

– En Nicaro vi, por ejemplo, que había mucho público, pero solo un grupito cantaba. Ese grupito estaba compuesto por gente adulta sobre todo. ¿Siente que su público ha envejecido con usted, con la revolución? ¿Siente que ha envejecido todo?

-Veo que hay mucha gente vieja. Ahora hay más gente vieja en mis conciertos. Generalmente…

-Bueno, es la muestra de que el público ha envejecido.

-Sí, pero hay jóvenes también. En mi público inicial había muchos más jóvenes que viejos. Ahora hay de todas las edades. Están los jóvenes atraídos por los padres, porque algunos escuchan la trova y escuchan lo que uno hace, o porque saben de uno, porque uno es más o menos famoso y sale en la televisión o en la radio, o se habla de uno. Y están los de media edad, que tuvieron tiempo de participar en esa época en la que uno todavía tenía una presencia más energética, sobre todo en los medios de aquí de Cuba. Y están la gente que son más o menos de la edad de uno, y que gustaron o gustan todavía de lo que uno hace.

-¿Y por qué una gente “más o menos famosa” decide ir a los barrios marginales, incluso ubicados en la periferia del país?

-Quizá de afuera se ve así, pero realmente uno no es ni famoso, ni exitoso, ni ningún oso. Uno es sencillamente una persona que desde que comenzó a trabajar ha tenido un propósito, ha tenido una visión de la cultura, de la canción; ha tenido una visión, aunque no me gusta usar palabras muy altisonantes, del compromiso. Pero sí, indudablemente hay compromiso, hay gustos, afinidades, atracciones, hay simpatías. La ley de la simpatía, las cosas que se atraen y se juntan van creando un universo, una gravedad. Otra razón más por la que uno no piensa en los años. En ese sentido uno sigue siendo el mismo. Sigue pensando de la misma manera, sigue sintiendo los mismos compromisos, sigue sintiendo que lo que uno hace es parte de la sociedad y de una manera determinada, que no es la búsqueda de la fama, del dinero, de la celebridad; es la búsqueda de otras cosas que están en todo el mundo, pero que están en uno. ¿Y qué es lo que está en todos nosotros? Ni más ni menos que la sensación de estar vivo, de que te haya tocado una época y un tiempo, y que es una dádiva, un don, una suerte que tuviste al haber estado vivo y haber pasado por esta experiencia. Y tratas de aprovecharla lo más intensamente posible, darle una utilidad pasajera en este mundo de los vivos. No lo digo porque crea que haya un mundo de los muertos; sino, en este mundo de la conciencia, de la percepción y de que uno se da cuenta de las cosas y puede actuar. Es así. Me considero el mismo. Por eso estoy aquí y por eso hago estas cosas. También hay razones un poco más específicas. Hay tiempos en que te impulsan más a hacer determinadas cosas que otros. Este momento de cambios de Cuba en que hay muchas cosas a favor y muchas cosas en contra, y donde gran parte de la población es probable tenga que pasar por una serie de vicisitudes y trabajos y problemas y carencias que se suman a muchos trabajos, vicisitudes y carencias que durante tantos años hemos tenido. Hace años, con otra perspectiva y visión del mundo. Ahora resulta que con otra.

– ¿Y eso no ha mellado lo que se llama “futuro” o “porvenir” o “esperanza del futuro”?

-Oye, en todos los países, en todos los tiempos y circunstancias la gente tiene más o menos los mismos problemas. Está viva y en una sociedad, quiere progresar, ser mejor, quiere tener más posibilidades de vida, gozar más plenamente de la existencia y quiere un mejor futuro para sí y para los suyos. Es normal. Nos pasa a todos, en todas las sociedades que he conocido, en todas; unas más desarrollas, otras menos; unas gobernadas de una manera, otras gobernadas de otras.

-Pero antes, por ejemplo, había una esperanza: Se llegaría al comunismo.

-Antes sí, al comunismo o no se sabía. Cuando uno cantaba: Te convido a creerme cuando digo futuro realmente uno no pensaba que este era el futuro. Uno pensaba que el futuro iba a ser otro.

-Y viendo este futuro, ¿qué piensa?

Viendo este futuro… hay que ir a los barrios, hay que seguir andando, hay que seguir trabajando.

-Silvio, pero ir a los barrios no quiere decir estar en los barrios, ¿usted ha estado? ¿Qué ha aprendido?

-He aprendido que la gente está jodida, muy jodida, mucho más jodida de lo que pensaba. Y bueno, eso es una manera de conectarse con la realidad de tu país, de seguir constatando las cosas como son. Es verdad, no vivo en un barrio; es verdad, tengo una vida mucho más cómoda que la inmensa mayoría de los cubanos. Pero no me viro de espaldas, continúo. No solo aquí en Cuba. También pudiera continuar en Cuba y no hacer eso. Pero bueno, lo hago porque me parece que es mi manera de hacer una contribución, de estar comprometido con mi realidad, con mi gente, con mi pueblo.

-También lo veo como una cruzada cultural en tiempos en los que advierto una especie de conspiración contra la cultura por la que pasa Cuba y el mundo, la gente no lee, escucha una mala música…

-Mira, yo fui adolescente y me hice hombre en una época en que había muchas condiciones para que la cultura germinara. Para empezar, se hizo una campaña de alfabetización, se fundó una Editora Nacional y empezaron a proliferar los libros y la literatura universal. Entró el cine de arte como arte, se le empezó a dar una relevancia a la literatura latinoamericana, hubo instituciones, organismos, reuniones, concursos, una serie de manifestaciones sociales y todo apuntaba a un compromiso con la cultura, que es también un compromiso con la historia, con lo que ha sembrado el hombre, con lo que ha construido en el mejor sentido. En aquel momento aquí en Cuba había distintos organismos culturales. A mi modo de ver, a la manera en que yo lo sentía, unos más culturales que otros. Unos eran más mediáticos, te hacían entrar en la popularidad y en el gusto más rápidamente. Otros trabajaban más mesuradamente, más tranquilamente, a más largo plazo. Yo siempre tuve afinidad con esos organismos culturales que trabajaban a más largo plazo, para los que la cultura implicaba también estudio, superación y una autosuperación. Me refiero específicamente a dos organismos, a Casa de las Américas y al ICAIC. Lo que había fuera de eso eran el ICRT y el Consejo Nacional de Cultura.

-¿En los tiempos de Pavón?

-Antes de Luis Pavón, que había Consejo Nacional de Cultura.

-Claro, desde 1961.

-Luis Pavón entró tarde y estuvo pocos años. Eso fue como un amago de Ministerio de Cultura, que nunca fue Ministerio de Cultura hasta que después del llamado Quinquenio Gris pusieron a Hart, y fue Hart el que fundó el Ministerio de Cultura. Esos organismos que trabajaban más concienzudamente, menos populistamente, creo fueron los organismos que fundaron cosas que han durado más. Todo lo demás era más efímero: La fama de una canción que aparece por la radio, un rostro que aparece y desaparece por la televisión, o que está en los cabaret, en fin… Siempre tuve la percepción de que era como la lucha de dos maneras de ver la cultura, de ver el mundo, la realidad y también de ver el futuro. Uno, en palabras muy rápidas, pudiera caracterizarse como algo más chabacano, el otro como más estudioso; uno con más prisa, otro con menos prisa. Yo me di cuenta de que había una especie de guerra, de que todo aquello era una especie de guerra entre dos concepciones de ver y estar en el mundo. Hoy por hoy parece que lo que yo consideraba en frente es lo que ha ganado la guerra. Pareciera que gano la lentejuela, el oropel, la superficialidad, el mal gusto, el populismo. Pero todavía hay gente que trabaja con otra visión de la cultura, con una visión parecida a la que tuvimos nosotros. Y creo siempre se ha manifestado, siempre ha estado y siempre estará. Incluso, si siguen ganando, esta otra visión estará.

-¿Aun con todo el apogeo de la internet y eso? Como decía Phillip Roth, refiriendo el problema del libro y la lectura: Las pantallas nos han derrotado.

No es solo la internet; en general, la tecnología, que suele democratizar las cosas. Por ejemplo, cuando yo tenía 17 años solo los fotógrafos profesionales o personas con un poder adquisitivo alto podían comprarse una cámara no profesional, porque además la gente buscaba una cámara no profesional, una camarita Kodak que tirara y después ibas a la tienda, te revelaban tu rollo y te daban tu foto. Hoy día casi todo el mundo tiene una cámara, todos hacemos fotos, cualquiera que esté en un lugar con un dispositivo que recoja la luz hace una foto, y puede ser de primera página en los más grandes diarios del mundo.En mi época, cuando yo era adolescente, un joven, era muy difícil tener un dispositivo para grabar una canción. De hecho cuando me pidieron la primera vez un trabajo para el ICAIC tuvieron que prestarme una grabadora, porque como yo en esa época todavía no escribía música, tenía que memorizar las cosas que iba haciendo y me era muy fácil con una grabadora. Se me ocurría una melodía, tocaba en la grabadora, después lo reproducía y sabía que eso quedaba ahí. Hoy día todas las personas, quienes lo necesitan y quienes no lo necesitan, llevan teléfonos, que lo mismo hacen fotos, que graban, y te comunicas desde cualquier punto en que estés. O sea, que la tecnología ha democratizado, le ha dado oportunidad a todo el mundo. También por eso hay tantas manifestaciones musicales, porque hoy en día realmente para grabar una canción no se requiere de un estudio. Se ha puesto hasta de moda grabar en los garajes con cualquier dispositivo. A veces una cosa que queda mal grabada es hasta un detalle simpático y se transforma en una moda grabar con un teléfono, y de pronto se convierte en un boom mundial grabar canciones con un teléfono. Creo que no ha pasado, pero puede pasar. Esa democratización implica una inundación de expresiones poco acabadas en todos los sentidos. Los escritores, ahora por internet, hacen sus libros. Cualquiera publica cualquier cosa, en cualquier sentido. En el siglo XIX para que te publicaran un libro pasabas… en primer lugar porque imprimir un libro era un costo, un gasto, había una serie de tamices por lo que pasaba un libro, editores, especialistas, revistas con un prestigio, no publicaban cualquier cosa. Hoy en día cualquiera escribe un reportaje de lo que sea, cualquiera publica una foto de lo que sea, cualquiera escribe una canción de lo que sea.

-¿Eso no ha llevado a una abulia, a que todo pierda su valor o que al final gane la frivolidad?

-Exactamente. Esa es una de las cosas que ha introducido la democratización de los avances tecnológicos en el mundo moderno. Yo lo veo así. Esto hace que proliferen las elites. ¿En qué sentido? Los que son más exigentes, ante esta invasión inmisericorde de expresiones enloquecidas, los más exquisitos, los que tienen gustos más refinados, más sofisticados, tienden a aislarse y a crear guetos. Estamos ante un fenómeno cultural que empieza a manifestarse universalmente y ante el que nosotros no escapamos, porque ya tenemos encima la tecnología, nos guste o no nos guste, nos convenga o no nos convenga, nos agrade o no nos grade. Ya todo el mundo anda con un teléfono, se comunica… hasta los espías. En la década de los sesenta yo me acuerdo que cuando el G2 agarraba a un espía, lo agarraba con un aparto sofisticado de mandar señales. Están las películas de la Segunda Guerra Mundial, los espías andaban con una maletica y unos aparatos de onda corta para mandar señales en una frecuencia especial, emitían sus informes y todo eso. Hoy en día nada de eso hace falta. Marcas cero, cero, uno y estás comunicándote con los Estados Unidos.

-Y es más difícil prohibir.

-Más difícil no, es más loco además. Es mucho más difícil. La diversidad ha llegado. La tecnología ha permitido que esa diversidad, que esa exuberancia de posibilidades nos arrastre.

-Cualquiera puede ver cualquier cosa, y en cualquier lugar. Creo que en Nicaro se encontró con alguien que escribe a su blog.

-Sí, lo que pasa es que ahí hay una familia que se comunica conmigo. Ellos tienen un trabajo en el que hay un poquito de internet, y a veces se comunican un poquito y logran entrar al blog. Pero, en realidad lo que hacen es que algunas personas que también participan del blog, que son extranjeros, se comunican con ellos, les pasan los post y los mensajes que hay y las participaciones, y entonces ellos responden por esa vía.

– Cuánto trabajo pasamos, ¿no? Y todavía hay una resistencia a la internet.

-Sí… Bueno, en fin… Se plantea que tecnológicamente está toda esa discusión de famoso cable de Venezuela, toda esa cosa. Es verdad, hay que crear una infraestructura aquí, que cuesta dinero. Pero los cables telefónicos están desde hace muchos años echados en Cuba y el sistema inalámbrico es una cosa que sí, debe costar su dinero, pero cada vez debe costar menos, cada vez es una cosa más común. Veremos qué hacer cuando Google ponga en órbita los 180 satélites esos que tiene pensados poner para darle internet a la parte del mundo que no tiene, cubanos incluidos supongo. Vamos a ver las nuevas generaciones a quiénes les agradecen el internet. Es uno de los grandes problemas que tenemos ahora mismo. El joven que no está pensando en otra cosa que mirar lo que le interesa, en resolver, en conectarse con la página del reguetonero no sé quién, lo que sea, lo que tenga en mente, y que de pronto, de un día para otro haga así, pácata, y con su telefonito se conecte con cualquier lugar del mundo. ¿A quién se lo va a agradecer?: ¿A nosotros?, ¿a nuestro país?, ¿a su gobierno?, ¿o a Google?

-Además, ese individuo será como el cuento del hombre dominado por el pececito al que observa, cada vez es más vulnerable culturalmente.

-Sí, sí. Imagínate. Ese reguero tecnológico indiscriminado es también un reguero de dominación, de dominación ideológica, de dominación cultural.

-¿Entonces qué han ganado aquellas instituciones culturales que iban por la instrucción del individuo hasta convertirlo en alguien con pensamiento crítico?

-Ha ganado eso, ha ganado la formación de gente que piensa críticamente, y que ha pagado un precio por pensar críticamente.

-Y es la minoría.

-Sí, es una minoría, sin lugar a dudas. Y va a seguir siendo una minoría. A mí no me cabe dudas de eso. Mientras más democrática sea la posibilidad expresiva más valioso va a ser lo exclusivo.

-Para esta gira usted ha hecho un alto en un disco que graba, ¿creo que es un descarte de las canciones del Descartes o algo así? ¿Se llama Amoríos?

-No es un descarte, son canciones que nunca había grabado.

-¿Pero, no estuvieron pensadas alguna vez para Descartes?; por cierto, el disco suyo que más me gusta.

-No, no estuvieron pensadas para Descartes. En realidad Descartes es un disco con canciones que salen de los descartes de otros discos.

– Claro, pero yo pensé que este eran descartes del Descartes.

-Le iba a poner Sobras, pero me pareció demasiado fuerte. Estas son canciones que nunca grabé, que nunca toqué. Toqué otras y esas las dejé. Son canciones de relaciones de pareja, todas.

-En Descartes hay una frase que me resulta fascinante, una de Vida y otras cuestiones: “¿Cómo sabrá la cerveza que el sepulturero se beberá cuando acabe de darme abrigo?” Me gusta mucho. A través de ella intuyo cierta preocupación por ese asunto de lo que ocurrirá luego, como individuo y como parte de la sociedad.

-A veces uno mira las nubes y añora la vida. A veces uno mira las nubes y dice: Qué maravilla, nuestros aborígenes levantaron los ojos y vieron pasar las mismas formas, u otras, pero vieron el mismo paisaje que vemos nosotros ahora. Y cuando uno no esté habrá quien levante los ojos y lo vea. Eso es fascinante, ¿no? Se trata de eso, no de otra cosa, dicho a través de la cerveza que se va a tomar…

-Pero es excelente. Es una frase que se relaciona mucho con mi preocupación filosófica.

-Sí, es… ¿qué pasará al minuto siguiente a la muerte?

También me lo he preguntado: Cómo seguirá la vida sin uno, si pudiera verla. ¡Tremendo…!, exclamo, y me hubiera volcado a una reflexión existencialista de no ser porque recuerdo que esta entrevista también tiene como objetivo ser publicada en el periódico para el cual trabajo y al cual, más que de filosofía, para mi pesar, le interesan declaraciones directas sobre la visita. Recapacito y, rompiendo el trance, le hago otro comentario: Estas presentaciones en Mayarí, Nicaro y Moa tiene que ver mucho con su relación con Frank Fernández, una amistad muy antigua.

-Sí, esto lo planificamos desde hace rato. Hace rato hablamos de la posibilidad de que yo fuera a Mayarí y el a San Antonio, de hacer ese intercambio. Somos amigos desde hace muchos años.

-¿Y qué es la amistad para usted?

-La amistad es una cosa imprescindible. No en balde Martí dijo que era la joya mejor. Hay otras joyas, buenas también. Pero sin dudas la amistad es lo que uno funda con personas afines. Estábamos hablando ahorita de las afinidades, de esas leyes gravitacionales que hacen que cosas, que ideas, que personas giren en torno a cosas comunes, a identidades.

-Pequeños detalles invisibles.

-A veces pequeños, a veces más grandes. Detalles, detalles de la existencia. Y coincidencias, porque tú sabes que, como dice el dicho, cada gente es un mundo. Y dentro de ese mundo de tanta gente uno encuentra aquí, allá, a cuyá esos detallitos que te van uniendo con los demás. En el caso de Frank, lo conocí cuando él volvía de Rusia, de la Unión Soviética, con su diploma de oro del Chaikovski. Entonces era la joven promesa, extraordinario. Estaba muy vinculado al Comité Nacional de la Juventud Comunista, y yo tenía un amigo allí. Ese amigo nos presentó. Fuimos a su casa y empezamos a hacer colaboraciones. Era cuando se hacían aquellas galas por el 4 de abril. Él empezó también a trabajar con nosotros, a planificar las galas, a dirigirlas. Nos pedía canciones. Hicimos canciones para algunas galas. Después fue productor de mi primer disco.

-Tienen pensado volver a Holguín, creo, en agosto.

-No sé si en agosto. ¿En agosto…? No, jamás en agosto. Hicimos Mayarí, Nicaro y Moa. Es lo que teníamos planificado. Más adelante nos pidieron hacer algo aquí también, en Holguín, en la ciudad. Me gustaría en un barrio de Holguín. Para eso me voy a asesorar bien, porque tendría que ser en un barrio de los que necesitan más esto que hacemos. Me gustaría en esa ocasión ir también a Gibara. Fui el otro día y es un lugar fascinante.

-¿No tiene pensado cantar en teatro, para el otro público?

-El público que va al teatro puede ir al barrio.

-Claro, pero hay quien necesita espacios más cómodos.

-Llevo tres años sin tocar en teatro. Solo en barrios.

-¿Y se siente cómodo?

-Me siento más a gusto.

-¿Sí?

-Me siento más a gusto porque me parece que es un trabajo más útil, y un reto.

-Pero, para un hombre tan exigente con el público como usted…

-Es un reto también, porque es un público que a veces no está acostumbrado al tipo de trabajo que uno hace, a lo mejor están acostumbrados a escuchar otro tipo de música. Siempre la gente corea algunas canciones. Incluso jóvenes. Es fantástico. No sé cómo se la saben.

-Sé de anécdotas, ahora leyendas famosas, en las que usted enfrenta al público, le pide silencio. Y en un barrio se grita, hay bulla… ¿No lo sacan de paso?

-Eran cosas que ocurrían cuando uno empezaba. Yo nunca me vi como cantante. Siempre me vi como un compositor que exponía lo que hacía. Y como no cantaba cosas…o pensaba yo que no cantaba tonterías, a lo mejor también cantaba tonterías. En definitiva, todos caemos en tonterías de una u otra forma. A veces, pensando que no somos tontos somos los más tontos del mundo. Pero, empezaba, y veía con tanto respeto lo que yo hacía, y me parecía que mucha gente iba realmente a comulgar con la canción de la manera en que yo la asumía. Y de pronto, que hubiera gente más acostumbrada a la cosa farandulera o lentejuelezca me molestaba. Y gente que pedían, y que hablaban, pues mandaba a callar a la gente. En alguna ocasión me levanté y me fui también. Lo hice. En otros lugares me botaron. Varias veces me botaron de los lugares. Pero fueron cosas más relacionadas con los inicios.

-Eso ayudó a tejer una leyenda de un Silvio que no sea quizá el Silvio real, ¿es muy difícil ser el Silvio verdadero?

-Yo nunca he sido una persona agresiva, para nada. Todo lo contrario. Si me agreden, trato de defenderme; pero no es que sea mi naturaleza. ¿Sabes qué pasa? Como yo, y no solo yo, sino alguno de nosotros éramos un poco contraculturales, hacíamos un poco de contracultura, contracultura convencional, se tejió también alrededor nuestro, por cuestiones políticas, de defensa de esa cultura entre comillas, una leyenda un poquito, no voy a decir que negra porque sería demasiado, pero sí gris con pespuntes negros. Es lo que yo pienso. Hubo un momento incluso en que se decía que la Nueva Trova se quería adueñar de la cultura, y que quería que todo fuera como ella. Nada más alejado de la realidad. A nosotros se nos hicieron campañas dentro de ese mundo lentejuelezco. En el fondo eran campañas políticas porque eran campañas que miraban el arte como pedestal, no como ara.

-¿Por eso ustedes alguna que otra vez combatieron ese arte, aquella otra forma de hacer canción?

Realmente yo no me dediqué a eso. Yo hice una sola canción que habla de eso.

-Pero digo, en entrevistas, a través de comentarios públicos.

-Si me das una referencia yo te la respondo, porque ahora no recuerdo haber combativo nada en ese sentido. Sí creo que hice una canción, La Maza, que habla de eso, de las distintas maneras de asumir el arte, en mi caso la canción. Pero no insistí. No fue un cruzado tampoco. Mi cruzada era hacer canciones buenas, de calidad. Esa ha sido mi única cruzada en la vida, hacer canciones diferentes, incluso en contrapunto de mis propias canciones, porque no me gusta que ninguna canción mía se parezca a otra.

– A propósito, qué le ha parecido la versión que grabó Shakira de La Maza para el disco de Mercedes Sosa.

-Me parece muy bien. Estoy acostumbrado a que Mercedes cante canciones mías. Cantó muchas. Recuerdo especialmente dos, arregladas por Charly. Hizo una versión de Unicornio preciosa para un disco. Y la otra era La Maza, en una versión de Charly García. Los arreglos son así… bueno, ella es un clásico, pero los arreglos de Charly son fabulosos. No me acuerdo cómo se llama el disco. Y bueno, esta joven… me parece maravilloso. Me sorprendió, porque evidentemente no está en esa línea de trabajo.

-¿Su elección para colaborar con otros artistas de qué depende? Recuerdo cuando estaba prohibido José Feliciano aquí, y usted fue como la puerta para que volviera a escucharse en los medios.

-Es que aquí, como en todas partes, se tejen leyendas sobre artistas. Hemos estado muy aislados durante muchos años, y aquellos años eran de gran aislamiento. No existía internet. No había forma de saber qué era la verdad detrás de todo eso. También a veces los artistas en determinadas coyunturas saben qué es lo que se está cocinando, le hacen una pregunta y hacen una concesión, sueltan una cosita un poquito pesada para contentar el ambiente que los está entrevistando. Aquí a veces nos tomamos esas cosas demasiado a pecho. Y son cosas a veces circunstanciales. Son cosas de las que después los artistas ni se acuerdan. Hay otros que sí, que tienen una postura y una forma de pensar muy definida y son defensores de una forma.

Silvio se queda pensativo, y me mira como si otra vez tratara de averiguar qué pienso, y yo a su vez lo miro a él.

-Hay una cosa que te quiero decir antes de que te vayas, dice: Me parece muy importante. Ayer me llamó Gerardo Hernández, ¿sabes quién es Gerardo?
Lo observo con sospecha, porque quién no conoce en Cuba a Gerardo Hernández, si en cada esquina hay un afiche donde se puede ver su rostro junto al de los otros cuatro que han pasado a conocerse como: Los Cinco.

-Sí, respondo.

-Yo nunca había hablado con él. Cuando estuve en Estados Unidos hace tres o cuatro años tratamos de hablar pero no fue posible. Hablé con otros dos o tres compañeros suyos, pero con él no pude. Primera vez que hablo con él y fue una conversación extraordinaria. Y es porque en Mayarí sentí que el teléfono me sonaba cuando estaba cantando las últimas canciones. Me tapaba el atril y lo saqué disimuladamente. Vi que habían unas cuantas llamadas. Lo desconecté porque estaba sonando y tenía miedo de que se metiera por el micrófono. Cuando terminé volví a fijarme. Era una llamada de los Estados Unidos porque tenía un uno delante. Y sonó otra vez. Era una emisora de los Ángeles que hacía un programa especial para Gerardo por el día de su cumpleaños. Me hicieron una entrevista. Hablé un ratico con la muchacha que me entrevistó y él oyó la entrevista. Entonces localizó mi teléfono y me llamó, por supuesto que era para agradecerme. Uno habla con esos hombres que están pasando tantas vicisitudes, que han sido tan maltratados, y tratados con tanta injusticia y realmente le dan lecciones a uno de supervivencia, uno se queja… Yo había llamado a alguien para que me mirara el aire acondicionado, porque no estaba funcionando bien. Y me dije: Caballero, le ronca. Uno está preocupado porque no funciona bien el aire acondicionado y este hombre lleva 16 años presos, tiene dos o tres condenas de por vida y te habla con un optimismo, con una seguridad, con una firmeza, con una fe tan grande en que se va a hacer justicia, en que va a estar un día aquí. Realmente es muy conmovedor. Y nos hace pensar mucho. Me preguntó: ¿Dónde tú estás? Le digo: Estoy en Holguín. Entonces dice: Coño, Holguín, ¿tú sabes, por cierto, que Holguín es una de las provincias de Cuba de las que yo recibo más cartas? Digo: ¿De verdad? Dice: Sí, no te puedo decir ahora que es la que más porque tendría que contarlo, pero te garantizo que es una de las provincias de Cuba de las que más cartas recibo. Tú pudieras transmitir de mi parte… Me dijo eso y por eso te lo estoy trasmitiendo: Tú pudieras transmitir de mi parte mi gratitud al pueblo holguinero por no olvidarse de nosotros. Así que tienes para mí esa mínima misión.

-También una prima mía le escribía a uno. A Antonio, creo.

-Hay mucha gente del pueblo que les escribe. Y de otros pueblos. Ellos reciben una cantidad de cartas. Yo no sé qué harán con tantas cartas. Cómo las tendrán metidas. No sé cómo resolverán ellos ese problema.

-¿Y su relación con el pueblo holguinero cómo ha sido?

Mi relación con el pueblo holguinero ha sido maravillosa, con el público y con gente que he conocido en la calle.

-Ya que nos referimos a Amoríos, ¿amores holguineros ha tenido?

-Sí, dice como quien primero lo piensa un poco.

-¿Hay canciones que tienen que ver con esos amoríos?

-Sí, responde en el mismo tono.

-¿Una mujer con sombrero tiene que ver con esos amoríos?

-No, dice rápido, y para salir del tema, pues me interesa más dejar el misterio que descubrir el nombre de la que debe ser una bella mujer, le aseguro que estamos como en Escriba y Lea. Silvio sonríe, ríe, repite: Estamos como en Escriba y Lea. Piensa y murmura varias veces la palabra “Sí” antes de soltar: Hay un amor holguinero bastante intenso. Puedes publicarlo además. Le escribí un poema una vez. Es probable que también esté en alguna canción.

-¿Entonces Camino a Camagüey pudo haber sido camino a Holguín?

-Sí, dice él: Una vida ya, unos cuantos años. Pasan muchas cosas en una vida.

Después hablamos un rato sobre pintura, sobre la posibilidad de que algún día sea nominado al Premio Nacional de Literatura debido a que galardones semejantes, le digo, recibieron cantautores como Leonard Cohen o Bob Dylan.

Responde que eso solo sucede en el primer mundo. “En el tercer mundo no, donde todos tienen que defender sus predios de publicación. Imagínate, si todo aquí se confunde, además de las pocas publicaciones de poesías que hay que también los trovadores empecemos a usurparle espacios a los poetas. Yo prefiero, al menos por ahora, hasta que no haya posibilidades de publicar más, que sigan los poetas en lo suyo, y los trovadores en lo suyo.”

También hablamos del escritor argentino Ernesto Sábato, a quien admiro, y con quien Silvio mantuvo una buena amistad de la cual queda al menos una pista en las palabras de presentación para Descartes, escritas por el autor de Sobre Héroes y tumbas. “Era un hombre atormentado”, me dice.

-Creo que todo artista lo es, digo: Usted también debe tener sus tormentos.

-Mis tormentos y mis tormentas, dice: Todos las tenemos.

Al final Silvio me regala un ejemplar del libro Por todo espacio, por este tiempo. Con Silvio Rodríguez en los barrios de La Habana, de Mónica Rivero y Alejandro Ramírez. Porque casualmente ando con mi único libro publicado decido reciprocarle el gesto con el ejemplar. Y para no ser menos, se lo dedico.

Entonces no sé por qué me sale una dedicatoria torpe, totalmente intolerable por culpa de una rima que no hubiera escrito ni cuando empezaba a escuchar sus canciones previo a la adolescencia. Recordando esas palabras pienso que, al fin, en la conversación no invocamos ni a la economía ni a los conciertos que hacía por el oriente de Cuba, tan solo convocamos recuerdos de un entrevistador, recuerdos de los cuales Silvio Rodríguez forma parte y, sin saberlo, tuvo a bien azuzarlos.

Autoretrato con Silvio, después de la conversación.

La verdad sobre la entrevista de Silvio Rodriguez!

Me traje la Revolución cubana.

Silvio Rodríguez

Por Editor de Miradas

No es nuevo ver como la prensa internacional se encarga de tergiversar las declaraciones de los hombres que durante años, con esfuerzo y sacrificio, han logrado llevar el nombre de Cuba a un nivel muy alto a nivel mundial y son hoy paradigmas del pueblo cubano. Estas acciones no tienen otro objetivo que sembrar la desconfianza, el desánimo y la deseperanza en nuetro pueblo para quebrar la unidad que nos ha permitido enfrentarnos durantes 55 años a los que intentan destruirnos.

Es así como el portal español, panampost, publicó una noticia que se titulaba “Silvio Rodríguez se desencanta del comunismo en Cuba”, donde sacan con pinzas extractos de una larga entrevista que el trovador ofreció a un periodista en Holguín y publicada en  Cubadebate y Ahora.cu para crear la confusión y el desánimo en el pueblo cubano. Luego comienza en la red social Twitter una campaña paralela expresando que Silvio estaba pidiendo asilo en Chile.

Esta manipulación no es la primera que le hacen a Silvio, ni será la última, pues, por la talla que representa este artista, la derecha permanentemente ha querido echarlo a su lado a como dé lugar, pues no aguantan que un genio como él sea revolucionario.

Una vez más la verdad sale a flote ante las campañas de desacreditación que se suceden contra Cuba. Esta vez le tocó ser el blanco de estas campañas a nuestro querido Silvio Rodríguez, el cual como siempre responde como un verdadero revolucionario. Aquí les dejo con la nota que el mismo publicara en su blog personal “Segunda Cita” y la mencionada entrevista para que usted, como dice Taladrid, saque sus propias conclusiones…

Buenos Días:

Estoy aquí en Chile (donde según medios locales ha solicitado asilo, Nota del Editor) muy ansioso porque lleguen las 9 para irme a Ojalá a seguir mezclando y poniendo voces a Amoríos (no es el Ojalá de La Habana, es otro Ojalá que tengo aquí, con la misma gente que el de allá). No sólo me traje Ojalá. Me traje a mi familia, mi casa, mis tres perros, mi gato y mi cotorra.

Me traje mis calles y mis árboles, mis pájaros, mis vecinos, las cabras que pastan en el solar de enfrene, las gallinas que comen de lo que pica el pollo por los alrededores. Me traje La Habana, San Antonio, Jibacoa, Holguín, Nicaro (sé que si agarro la central llego allá). Me traje a los 5, a la preocupación de Tony por un nido de palomas que sólo ve en el instante en que pasa por cierto lugar.

Me traje la Revolución cubana. Prepárate Chile, que vamos a empezar de abajo hacia arriba, con una canción dedicada a Miguel Enriquez y otra al Che Guevara. Por ahí nos pasaremos a la otra Patagonia y rumbo norte. Hasta la Bahía de Hudson no paramos. Cuando menos lo esperen los convido a comer arroz frito en en Nuevayol.

 

Y acá la entrevista publicada en cubadebate.cu.

LA FUNDACIÓN NACIONAL CUBANO AMERICANA VUELVE A LAS ANDADAS!!

 

EE.UU. entrena becarios para guerra suave en Cuba.

FNCA + becas

La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) vuelve a las andadas. En realidad nunca se ha apartado de la industria de la contrarrevolución. Si hay dinero para financiar actividades subversivas contra Cuba, Jorge Mas Santos se anota. En la coyuntura no se trata de planes de magnicidio, sabotajes o acciones terroristas en la isla, como las que la FNCA protagonizó en el pasado. Su actuación ahora es menos letal: capacitar y formar jóvenes cubanos como líderes opositores mediante las técnicas de la llamada “guerra suave”.

Promovido por el Departamento de Estado, el programa de becas de Estados Unidos pretende identificar y captar estudiantes con nivel intelectual y posiciones hipercríticas hacia el actual proceso cubano, para entrenarlos en técnicas subversivas dirigidas a atraer a las masas y organizar acciones de desestabilización y desobediencia social, incluyendo algunas de corte violento. Verbigracia, se busca reproducir en la isla el modelo de los “golpes suaves” aplicado en Libia, Siria, Ucrania y Venezuela.

El primer “curso intensivo” para fabricar presuntos “nuevos líderes” para Cuba concluyó en mayo pasado en el estado de Florida. Las becas fueron promovidas por el Miami Dade College y la Fundación de los Derechos Humanos en Cuba (FDHC, tapadera de la FNCA), en el marco de un programa denominado Somos un solo pueblo. Ambas fundaciones reciben financiamiento de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID, por su sigla en inglés), que depende del Departamento de Estado.

El programa de “becas” se inscribe en un nuevo plan subversivo concertado por el gobierno de Barack Obama y la mafia contrarrevolucionaria de Miami. Con fondos de la AID y otras partidas no públicas, la FNCA y la FHRC han venido desarrollando una campaña ideológica anticubana permanente. Para ello, han suministrado equipos de comunicación, computadoras, celulares, cámaras fotográficas y de video, DVD, memorias flash, banderas, propaganda de todo tipo, dinero en efectivo, alimentos, medicinas y toda una variedad de artículos y medios a grupúsculos de la llamada disidencia interna.

En declaraciones al diario El Nuevo Herald, Mas Santos dijo que la meta es preparar en Estados Unidos hasta 100 estudiantes por semestre. Debido a las críticas recibidas por el bajo nivel de la primera “promoción” de becarios, el presidente de la FNCA adelantó que el proceso de selección será más “riguroso”.

El programa del Departamento de Estado para becarios cubanos se inscribe en el marco de las llamadas “revoluciones de colores” que han servido para desestabilizar y/o derrocar gobiernos considerados “enemigos” de Washington. Las técnicas del “golpe suave” incluyen estrategias y tácticas militares no violentas (y también violentas), según planes diseñados por la Albert Einstein Institution de Gene Sharp y Robert Helvey, y el Centro Internacional del Conflicto No violento del ex banquero Peter Ackerman, presidente de Freedom House. Como en Ucrania y Venezuela, el propósito es entrenar “estudiantes” en técnicas y maquinaciones sobre cómo confundir, fragmentar, desordenar y desviar a masas movilizadas en las calles, sembrar desaliento y promover actos de violencia, al tiempo que se impulsa de manera indirecta la negación de principios y valores nacionales y se busca entronizar otros exógenos, es decir, acordes con la defensa de los intereses estadounidenses.

El adiestramiento de jóvenes cubanos en el Miami Dade College forma parte de una vasta red de operaciones públicas y encubiertas del Pentágono y el Departamento de Estado, que incluyó el llamado ZunZuneo, proyecto ilegal y clandestino diseñado, financiado e implementado para subvertir el orden interno en la isla, mediante un Twitter cubano. La intención de esa plataforma de servicios de telecomunicaciones ilícitos hacia Cuba desde el exterior, fue enviar a usuarios cubanos mensajes de contenido político para influir en sus posiciones y alentarlos a actuar contra el gobierno. El proyecto fue ejecutado mediante una extensa red de contratistas privados, empresas fachada, servidores informáticos y cuentas bancarias en varios países, con el propósito deliberado de ocultar la participación activa de agencias gubernamentales estadounidenses.

Los fondos millonarios del Programa Cuba de la AID han sido destinados para iniciativas similares como Conmotion, herramienta desarrollada por el Instituto de Tecnología Abierta (OTI) de la New America Foundation, con sede en Washington, originalmente para uso militar, que consiste en la creación de redes inalámbricas independientes en forma de “malla” para enlazarse con el exterior, fuera de cualquier control gubernamental, lo cual permite desinformar a los usuarios sobre la situación en su país y convocarlos a manifestaciones.

Otras agencias del gobierno estadunidense, como la Oficina de Transmisiones a Cuba, impulsan proyectos ilegales como Piramideo, plataforma de comunicación que promueve el envío de mensajes masivos a usuarios en la isla. Durante el gobierno de Obama, a ese tipo de iniciativas y a las emisoras Radio y Tv Martí (para la guerra mediática desde el éter), le han sido asignados 142 millones de dólares del presupuesto federal, y más de 770 millones de dólares desde la fecha de su creación.

En vez de cabecillas revoltosos y acciones ilegales, injerencistas y subversivas que atentan contra la estabilidad, el orden constitucional y la soberanía cubana −y también contra el derecho internacional y los principios de la Carta de las Naciones Unidas−, lo que Cuba y los países latinoamericanos necesitan es que Estados Unidos abra sus universidades y comparta sus investigaciones científicas, por ejemplo, en el terreno de la producción de alimentos y medicinas de última generación, así como proyectos que ayuden al desarrollo científico y tecnológico dirigidos al crecimiento económico.

Fondos buitres encienden solidaridad en América Latina

Fondos buitres encienden solidaridad en América Latina.

ALBA RESPALDA A ARGENTINA!!

ALBA condena ataque a la soberanía de Argentina

 
 
 
 
 

 

 
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argentina

Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de las Américas (ALBA) condenaron este miércoles como un “ataque a la soberanía” de Argentina la decisión de la justicia estadounidense que favoreció a fondos especulativos a los que el país adeuda 1.330 millones de dólares.

El bloque manifiesta “su respaldo al gobierno de Argentina al rechazar el ataque a la soberanía de esa nación suramericana luego de conocerse el fallo de la Corte de Estados Unidos en relación con los denominados fondos buitre”, informó un comunicado del ALBA emitido en Caracas.

La semana pasada, la Suprema Corte de Estados Unidos dejó en firme un fallo que obliga a Argentina al pago contado de 1.330 millones de dólares a inversionistas con bonos en default, llamados en el país sudamericano “buitres” porque compraron la deuda ya en mora y buscaron cobrar el 100% del valor nominal más intereses en las cortes.

Para el ALBA, (integrado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y un grupo de islas anglófonas del Caribe), estos fondos especulativos “son un peligro latente y real para todos los países del mundo” pues representan un ataque a las economías nacionales, bloquean toda negociación e impiden que los países puedan proteger sus derechos conforme a su legislación, esgrimieron.

Tras conocerse la decisión judicial en EEUU, los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Uruguay manifestaron su respaldo a Argentina, al igual que otros bloques regionales como el Mercosur y la Unión de Naciones del Sudamericanas (Unasur).

Cuba colabora con otros países en lucha contra el narcotráfico

Cuba colabora con otros países en lucha contra el narcotráfico.

ARTÍCULO DE ATILIO BORÓN.

Atilio Borón: La batalla de Venezuela es nuestro Stalingrado

24 junio 2014 | 3

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boron

KATU ARKONADA: Atilio, ¿de qué manera caracterizas el momento histórico en el que nos encontramos, en el que parece claro que por un lado se profundiza la crisis del capitalismo a la vez que se recrudecen las agresiones imperialistas en todo el mundo?

ATILIO BORON: Considero que el capitalismo enfrenta hoy a su crisis más aguda de toda la historia. Este es un dato que desgraciadamente no parece estar en la mente de muchos inclusive dentro de la izquierda, que hablan de una crisis capitalista comparándola a la recesión que hubo en los años 70, o incluso los más audaces a la crisis del 29. Pero esta crisis es mucho más grave que todas las anteriores.

Si uno lee la literatura sobre la crisis del 29 la palabra petróleo no aparece, la palabra agua no aparece, la expresión cambio climático no aparece. La crisis del 29 es una crisis mucho más acotada a la esfera económico- financiera. La actual, en cambio, es una crisis integral que explota por lo financiero pero que se combina con una crisis del modelo energético, con la crisis climática, con una crisis del agua, nada de lo cual estaba presente en las crisis anteriores.

Además tenemos una situación muy crítica en un sistema internacional que había se había constituido, a partir de la segunda guerra mundial y la post guerra, como un esquema bipolar. Este se derrumba con la implosión de la Unión Soviética dando lugar a un momento excepcional de unipolarismo estadounidense que algunos intelectuales orgánicos del imperio pensaron que duraría un siglo (de hecho, el think-tank que los nucleaba se llama “El Nuevo Siglo Americano”) pero que apenas duró unos 10 años. Y de repente tienes por encima de toda esta gran conmoción económica del capitalismo, un cambio fundamental en las placas tectónicas del sistema internacional con la aparición de China a punto de convertirse ya en pocos meses más en la mayor economía del mundo y de una India que viene avanzando a pasos agigantados siguiendo la misma ruta.

Ante esta emergencia de nuevos actores geopolíticos la respuesta del capitalismo y las clases dominantes del imperio ha sido simplemente profundizar las recetas que provocaron esta crisis. De esta manera nos encontramos en una situación en donde hay condiciones objetivas que permitirían pensar una salida por la izquierda de la crisis, pero Lenin ya decía que las condiciones objetivas no bastan por sí solas para producir un desenlace revolucionario; por lo tanto el gran problema lo encontramos en las condiciones subjetivas. Y ese problema de la condiciones subjetivas podemos verlo en lo ocurrido en los últimos días con las elecciones europeas o, sin ir tan lejos, lo que ha pasado en Colombia en donde la votación de los candidatos del uribismo más el santismo y los votos del Partido Conservador, suman prácticamente el 80% de un electorado que ha decidido votar por sus verdugos.

Para resumir: nos encontramos ante la crisis capitalista más grave de toda la historia del capital, pero una crisis en donde como nunca antes, el retraso en la maduración de los factores subjetivos ha sido tan importante, y esto es lo que impide vislumbrar una salida por la izquierda de esta crisis.

KA: Y en las crisis, en los momentos de transición entre lo viejo que no termina de morir, y lo nuevo que no termina de nacer, surgen los monstruos…

AB: Sí, fíjate como ha crecido el racismo, el fascismo, el extremismo de todo tipo, en un contexto internacional sumamente peligroso.

KA: Y ya que hablas de América Latina, como caracterizas este 2014, ¿cómo ves esta segunda mitad de año en la que enfrentaremos procesos electorales importantes como precisamente la segunda vuelta en Colombia, o las elecciones presidenciales en Brasil, Bolivia y Uruguay en el mes de octubre?

AB: Con mucha preocupación, incluso lo hemos conversado mucho con Álvaro García Linera cuando estuvo en Buenos Aires, y evidentemente lo que el Vicepresidente de Bolivia plantea va en la línea del planteamiento marxista clásico señalando que las revoluciones nunca siguen un curso lineal y ascendente. Lo que vemos ahora en América Latina es que consumada la gran derrota del imperio en Mar del Plata en 2005 se ha producido una especie de reflujo, o por lo menos una significativa desaceleración del proceso de avance revolucionario en la región, agravado por la muerte de Hugo Chávez. Esto ha sido un golpe muy duro porque con su deceso desaparece el gran motor del proceso emancipatorio y de integración de América Latina. Chávez no era la única fuerza que impulsaba este proceso, pero sin duda era la más importante.

Me parece que estamos en un momento de estancamiento, lo que no quiere decir que tal cosa sea irreversible. Pero si te fijas en las alternativas electorales que se plantean en América Latina, digamos en Colombia, la opción menos mala es la del ex Ministro de defensa de Uribe Juan Manuel Santos, el de las fosas comunes y los falsos positivos; mientras que en Uruguay la alternativa es Tabaré Vázquez, un señor que llamó por teléfono a George W. Bush cuando se produjo el conflicto por las plantas papeleras para preguntarle si eventualmente mandaría tropas para enfrentar a la Argentina.

KA: Un Tabaré Vásquez que coqueteaba con la Alianza del Pacifico…

AB: Se acercó a la Alianza del Pacifico que es una estratagema del imperialismo clara y raspada, como se dice en Venezuela.

En Brasil, a su vez, la continuidad de Dilma plantea las grandes limitaciones que ha tenido el gobierno del PT, que ha arrojado por la borda su proyecto originario de los años ochenta. El proyecto fundacional del PT está muerto. Yo recuerdo siempre una frase de Fernando Henrique Cardoso que fue uno de los más brillantes profesores que tuve en la década de los sesenta en Chile. Él ofrecía en la FLACSO un seminario sobre Método de Análisis Marxista, y una de las cosas que nos decía era que los pueblos prefieren siempre el original a la copia. Y la verdad contenida en esa afirmación la comprobamos hoy en día en Brasil, Chile o en otros países del continente, y en Europa ya ni hablemos, en los que ante la copia de un modelo neoliberal o una propuesta de carácter neoliberal enarbolada por partidos supuestamente socialistas, los pueblos optan por la formación de derecha más dura; si van a hacer lo mismo, dicen, que la hagan los inventores y no aquellos que la copiaron. En el caso de Brasil, el abandono de las grandes banderas del PT es un tema realmente muy delicado y que además no ha sido encarado con seriedad.

A veces veo con gran preocupación gente que habla de posneoliberalismo para referirse a estos países y, en realidad, son muy pocos los países que han transitado por la senda del neoliberalismo y ciertamente no es el caso de Brasil. Tal vez un poquito la Argentina, donde ha habido un proceso de estatización de los fondos de pensión, una recuperación de Aerolíneas Argentinas y una mayor intervención del Estado en general; pero todavía tenemos la rémora del neoliberalismo muy fuerte y extendida por toda la economía. Las candidaturas que se vislumbran para 2015 en la Argentina no son más tranquilizadoras que las de Tabaré Vásquez en Uruguay, por lo que nos encontramos ciertamente ante un escenario muy poco promisorio.

KA: De hecho esos cambios que se están produciendo en el Cono Sur simbolizan de alguna manera el reflujo que estamos viviendo a nivel continental, el cambio por ejemplo de un eje Cristina-Mujica, aun con todas sus limitaciones, a un hipotético eje Scioli–Tabaré.

AB: Por supuesto, es un retroceso muy fuerte. Como respondió una vez István Mészáros, que aparte de ser un gran filósofo, es un hombre con un agudísimo sentido del humor, cuando se le preguntó, “¿usted cuál cree que será nuestro futuro: socialismo o barbarie?” y Mészáros respondió: “y bueno, barbarie si tenemos suerte”. Nosotros podríamos decir, Scioli–Tabaré si no nos va tan mal, porque del lado argentino de este eje rioplatense, podríamos tener alternativas inclusive peores. Concretamente hay dos o tres candidatos que son peor que Scioli, simples mandaderos de la Embajada de Estados Unidos, como Sergio Massa o Mauricio Macri por ejemplo.

KA: Nos encontramos participando los dos en el Congreso por la Integración Política Regional que plantea como eje central de discusión respecto de los procesos el de profundizar para sostener, y sostener para profundizar; ¿Cuáles serían en tu opinión los avances de los procesos de cambio en el continente?

AB: En primer lugar, debemos trazar una línea fina que separe procesos como los de Bolivia, Ecuador y Venezuela, de los que están en curso en el Cono Sur. Estos carecieron de la radicalidad que tuvieron los procesos bolivarianos donde se produjo una recuperación de los recursos naturales, del patrimonio petrolero, que no se ha dado en los países del Sur. En Argentina, se suele tomar como ejemplo el caso de YPF, pero esta sigue siendo una Sociedad Anónima que cotiza en la bolsa de Nueva York y que para el gran emprendimiento de Vaca Muerta, se crea una subsidiaria con sede en Delaware, Estados Unidos. Y algo similar sucede con Petrobras en Brasil, pero no es el caso de Bolivia, Ecuador o Venezuela en donde esta reapropiación de las riquezas naturales antes en poder del imperialismo asumió una radicalidad desconocida en el Sur del Continente.

Por eso es debemos subrayar la importancia de los procesos de los países bolivarianos como yo les llamo, que han logrado avances muy significativos en ese terreno, y junto con ello progresos muy importantes en materia de redistribución de ingresos, combate a la pobreza y autonomía frente a los grandes poderes del sistema internacional. No podemos ignorar tampoco que Rafael Correa en Ecuador logró que se fueran los estadounidenses de la Base de Manta, auditó la deuda externa, abandonó el CIADI y desahució el TIAR. Por no hablar de un Evo Morales expulsando a embajadores de Estados Unidos, USAID y la DEA, abandonando el CIADI, recuperando el patrimonio nacional y renegociando los contratos petroleros, es decir, recobrando un grado de soberanía que nosotros por ejemplo hemos perdido en Argentina, Uruguay, Brasil o Chile.

Lo mismo puede decirse del caso de Venezuela y los grandes avances logrados por la revolución bolivariana. No es casualidad por tanto que los procesos de cambio en general, y Venezuela en particular estén en la mira del imperio, y por eso debemos tener claro que la batalla de Venezuela es nuestro Stalingrado. Si Venezuela sucumbe ante la brutal contraofensiva de los Estados Unidos, que trata de aplicar en este país el modelo de “cambio de régimen” puesto en práctica en Ucrania y antes en Libia, el resto de los procesos de cambio en curso en el continente, no importa si muy radicales o muy moderados, terminará por correr la misma suerte.

KA: Precisamente, hay una conexión entre la recuperación de los recursos naturales y por lo tanto de la soberanía económica y política, y el recrudecimiento de las agresiones imperialistas…

AB: He publicado en mi blog una noticia importante que salió publicada en Los Ángeles Times reportando que las estimaciones sobre las cuales se había basado el supuesto de la independencia energética de los Estados Unidos se han venido abajo. Estados Unidos lleva tiempo diciendo que tienen enormes reservas de gas y petróleo no convencional (gas shale) en California, en la faja de Monterrey. Pero ese periódico acaba de publicar un informe completo -que fue ratificado después por una agencia especial del Departamento de Energía estadounidense- constatando que se había producido una tremenda sobreestimación de esas reservas del orden del 96%. En 2011, habían anunciado que las mismas eran de 13.700 millones de barriles y las estimaciones actuales son de 600 millones, que es aproximadamente la cuantía de las reservas petroleras que tiene Bolivia.

Esta rectificación a la baja va a significar más presión sobre Venezuela y Brasil, que son los países donde se encuentran los grandes depósitos de petróleo del continente, y más presión sobre Argentina por el yacimiento no convencional de Vaca Muerta. No es casualidad que hace pocos días haya visitado la Argentina el Secretario Adjunto de Energía de los Estados Unidos, Daniel Poneman, que visitó la zona de Vaca Muerta y suscribió un acuerdo con el Ministro de Planificación Federal con el objeto fortalecer y profundizar el intercambio y la cooperación entre ambos países; y ya sabemos lo que significa, para Washington, la palabrita “cooperación.”

KA: Es claro por tanto que esta presión que van a sufrir los procesos se convierte en un límite para la profundización de los mismos…

AB: Sin duda, presión que en el caso de Venezuela se traduce en una campaña de terror que no es sólo mediática en contra la revolución bolivariana.

KA: Hemos repasado algunos de los avances de los proceso de cambio en el continente, ¿cuáles serían los principales desafíos que enfrentan nuestros procesos en el futuro inmediato?

AB: El primer desafío más urgente es desarrollar una estrategia continental adecuada para evitar que Estados Unidos arrase con estos procesos. Venezuela no se va a poder defender sola, como Ecuador, como Bolivia, como Brasil; por eso la integración y la unidad son importantes. Por eso Chávez nos reclamaba unidad, unidad y más unidad.

Y ahí está uno de los grandes problemas, o límites como tú dices, porque el mapa sociopolítico de América Latina es un mapa muy heterogéneo donde tienes por un lado gobiernos de izquierda radical que están avanzando, con mayor o menor intensidad, pero avanzan por una senda de cambios profundos, junto a gobiernos mucho más moderados; y por otro lado tienes una espina en el Pacífico sudamericano con gobiernos de una derecha dura, fundamentalmente Colombia y Perú, y más al norte México. Entonces me parece que la primera cuestión es el desafío de sostener la unidad, lo cual será muy difícil y a veces obligará a hacer algunas concesiones.

El segundo de los desafíos es librar una gran batalla en el terreno ideológico y comunicacional, donde todavía tenemos con falencias muy serias. Nos estamos oponiendo a un poder mediático inmenso y lo hacemos con armas muy primitivas, por decirlo suavemente. Estos gobiernos deben ser mucho más efectivos en comunicar lo que quieren hacer y porque lo que se proponen hacer es lo sensato, razonable y conveniente para el bienestar de los pueblos. Me parece que tenemos una gran falla ahí, y los enemigos que tenemos son muy poderosos, con un poder de fuego mediático fenomenal que influye muy negativamente sobre la conciencia de nuestros pueblos. Los gobiernos bolivarianos deberían saber explicar que a veces es necesario hacer algunos sacrificios y que la revolución no siempre marcha hacia arriba y adelante sino que, como lo decíamos más arriba, a veces se estanca e incluso retrocede, a veces para tomar impulso. Ninguna revolución puede realmente avanzar en todos los frentes.

Hay una experiencia en América Latina que es muy clara y sobre la cual es preciso meditar, la de Salvador Allende con la Unidad Popular en Chile. El principal error cometido por ese proceso fue comenzar una estrategia donde se atacaron, prácticamente al unísono, varios frentes. No se puede hacer una reforma agraria, nacionalizar ITT, pelearte con los gringos que dominaban la gran minería, hostilizar (con razón) a la Iglesia por su presencia en el sistema educacional, y encima atacar a los medios, todo ello al mismo tiempo; no tienes fuerza para ello. Tienes que elaborar una estrategia de prioridades; primero combato con uno, lo derroto, construyo una nueva alianza y ataco a otro, y así sucesivamente. Lo que no puedes hacer es atacar a todos, al mismo tiempo. En Venezuela, Estados Unidos está provocando a Nicolás Maduro para que ataque en todos los frentes simultáneamente y el Presidente Maduro no debe responder a esa provocación, porque es una celada que te lleva a la derrota.

En resumen, es necesario enfrentar por tanto el desafío de la unidad continental, tratar de fortalecer los procesos a cualquier precio, porque eso le duele a los gringos, como les duele mucho la CELAC, la UNASUR, les duele hasta el MERCOSUR; es más necesaria que nunca la batalla de ideas que nos decía Fidel, mejorar el tema mediático; y es fundamental la cuestión de la organización, organizar el campo popular pues tenemos procesos como Venezuela donde la cuestión organizativa es muy compleja, aunque afortunadamente tenemos otros procesos, como Bolivia, con estructuras organizativas de base muy ricas, que son las que en última instancia van a defender los procesos ante las agresiones tanto externas como internas. Lo de Bolivia es un logro extraordinario: formas de organización de los pueblos originarios, precolombinas, puestas al servicio de un proyecto de construcción socialista. Pero no en todos los países tenemos un cuadro igual, el problema de organización en Venezuela, Chávez lo dijo cien veces, es un problema crucial. Y en su magnífico libro “Antes de que se me olvide”, Alí Rodríguez lo dice con todas las letras, la debilidad y flaqueza de un partido revolucionario es el talón de Aquiles del proceso bolivariano.

KA: Continuemos profundizando en el proceso boliviano, ¿Cuál es la caracterización haces del mismo?

AB: De los diferentes procesos de transición, incluyendo la revolución cubana, Bolivia es uno de los casos más interesantes porque ha demostrado tener un acertado manejo de la gestión macroeconómica. Esto no es un dato menor para los procesos de transición. En Cuba ya vemos los problemas que hay, aunque la desquiciante influencia del bloqueo constituye un obstáculo insalvable. Ya hemos hablado de Allende y la Unidad Popular en Chile, y lo mismo pasa hoy en Venezuela, que enfrenta una situación económica tremendamente complicada para un país que exporta en petróleo unos cien mil millones de dólares por año. Bolivia y Ecuador han manejado la economía incluso mejor que los países del Cono Sur como Brasil, Argentina o Uruguay, en donde la gestión macroeconómica demuestra numerosas deficiencias.

Además de la buena gestión económica, Evo ha logrado armar una maquinaria electoral imbatible y en esto la verdad es que no hay como ganarle, lo mismo que sucedía con Chávez. Al no haber cómo ganarle la alternativa de la derecha es el golpismo, sea por la vía de los “golpes suaves” que auspicia Washington o por la ruta más truculenta ensayada en Libia y Ucrania. Ante este escenario electoral, de victoria asegurada de Evo, hay que redoblar la vigilancia revolucionaria porque el imperio atraviesa una situación muy difícil, y en cualquier momento puede movilizar sus influencias al interior de las Fuerzas Armadas o la Policía para golpear desde adentro el proceso de cambio boliviano.

KA: Más allá de la buena gestión macroeconómica, ¿cuáles consideras que son los retos del proceso boliviano respecto de su nuevo modelo económico y su modelo de desarrollo?

AB: El esquema económico que pueda armar Bolivia para sostener su proyecto a largo plazo tiene un eje fundamental que es el litio y ahí se plantea un falso debate en torno al desarrollo y la contraposición entre sociedad y naturaleza, en donde se postula que para preservar la segunda, la primera debe renunciar al crecimiento y al bienestar, porque sin crecimiento económico -¡que no tiene por qué ser capitalista!- no habrá progreso social posible. Ese planteamiento asume la exterioridad de la sociedad humana en relación a la naturaleza, lo que es falso. La sociedad es parte de la naturaleza. Siendo esto así hay que pensar cómo se pueden aprovechar racional y responsablemente los bienes comunes que ofrece la Madre Tierra. Concretamente, ¿qué va a hacer Bolivia con el litio, que puede llegar a ser en este siglo lo que el petróleo fue en el pasado? Bolivia dispone de aproximadamente el 80% de litio del planeta, y por lo tanto tiene incluso una responsabilidad moral de desarrollar esa industria. Ahora viene un problema, y es que los gobiernos anteriores no hicieron absolutamente nada para formar técnicos, ingenieros y especialistas, con lo cual el gobierno boliviano tendrá pocas opciones aparte de sentarse a negociar, en duros términos, con las transnacionales que manejen esa tecnología. De lo contrario no va a poder aprovechar esa riqueza enorme que sería imperdonable terminara siendo desperdiciada, o alienada en provecho de las multinacionales.

Si creemos que hay que mejorar más las condiciones de vida de nuestros pueblos y que la gente tiene que tener derecho a tener agua potable, saneamiento básico, más escuelas y hospitales, amén de una vivienda digna, todo eso implica más alambre de cobre, hierro, cal, cemento, zinc, petróleo, más energía. En suma, el Vivir Bien no se puede alcanzar sin una estrategia de crecimiento económico -¡no lo llamemos desarrollo porque es un término que confunde!- pero indiscutiblemente la economía boliviana tiene que crecer. Yo he visto con desesperación en Ecuador como alguna gente plantea la tesis del no crecimiento y me pregunto cómo vamos a tener crecimiento cero si la población ecuatoriana está creciendo al 2.5%, lo que significa que en unos treinta años esa población se duplicará, y requerirá más escuelas, hospitales, viviendas, caminos, puentes, tendidos eléctricos, cañerías de agua, alcantarillado, etcétera. Por eso creo que la antinomia pachamamismo vs extractivismo es un falso debate. Lo que tenemos que ver es cómo se utilizan esos recursos de la naturaleza de manera responsable, pero evidentemente hay que utilizarlos. Sin ello, y con una tasa de crecimiento demográfico como la señalada más arriba, el standard de vida de la población, y sobre todo de los sectores populares, descendería dramáticamente.

KA: ¿Qué lectura haces de esa otra tensión creativa que es la de que el proceso boliviano sea un Gobierno de los Movimientos Sociales?

AB: Como decías en la conferencia conjunta que dimos en el Centro Cultural de la Cooperación, es fundamental la búsqueda de equilibrio. Hay dos situaciones extremas que es preciso evitar. Una, que con su dinámica movilizacionista, los movimientos terminen por arrollar al Estado, impotente para contener y canalizar sus aspiraciones. Si eso llegara a ocurrir, se pondría en riesgo la gobernabilidad del proceso, lo que inmediatamente atizaría la intervención estadounidense para potenciar la desestabilización y, en una tercera etapa, provocar, en medio de un caos generalizado (y promovido, organizado y financiado por la Casa Blanca) la caída del gobierno de los movimientos sociales y el restablecimiento de la dominación burguesa y el estado neocolonial. La otra situación extrema se constituye cuando el Estado fagocita a los movimientos sociales, los copta y desmoviliza como ocurriera en México (que es el caso paradigmático en esta materia), cuando sobre la oleada revolucionaria se organiza el estado priísta. Se instituye en este caso una suerte de revolución pasiva que, por otro camino, también termina liquidando a la revolución.

Por lo tanto, se requerirá de la sensibilidad de un estadista y de un líder popular como Evo Morales para transitar por ese estrecho sendero que sitúa al proceso revolucionario a salvo de los dos mortales peligros arriba señalados. Será un gobierno de los movimientos sociales que deberá evitar ser avasallado por el estallido de demandas estrechamente particularistas e impedir, al mismo tiempo, que la maquinaria burocrática del Estado asfixie a los movimientos sociales, que son quienes transmiten la savia vital de la revolución. Su sofocamiento precipitaría el Termidor del proceso revolucionario y marcaría la bancarrota del Estado Plurinacional.